sábado, mayo 15, 2010

Se habría llamado MACARENA.

De haber nacido Macarena, en este momento tendría 18 años, sería una muchacha alta, de piel blanca como la nieve, de sonrisa de ensueño, figura envidiable y de ojos color café intenso tan iguales a como los tenía su madre.

A Macarena le habría encantado el ir de compras o el tan solo caminar yendo de una tienda a otra en compañía de alguna amiga. Habría amado en demasía a su madre, Meriam, y habría hecho lo mismo con Erick, su padre, en especial porque este era un gordo buena gente consentidor que le hubiera dado todo lo que desease. Estoy convencido de que ella habría amado la simplicidad  de Erick, su padre, que vivía la mayor parte del tiempo en lo que él habría de llamar su oficina, pero que no sería más que un rústica casa de campo con vista a unas cuantas montañas enanas partidas a la mitad por un río, llamado río seco porque la mayor parte del tiempo permanecería sin agua. Macarena, lo habría amado por lo que era, un hombre gordo, feliz y simple, que la mayoría de veces escribía acerca de cosas complejas que ni el mismo entendía. Y de una u otro manera, ella anhelaría ser como él en todo excepto en la gordura.

Macarena, tendría un hermano 2 años mayor que ella, llamado Pedro, un amante de la cocina neto como no se ha visto en largo tiempo, que a la corta edad de 20 años ya sería todo un experto chef reconocido, maestro en manjares y exquisiteces, en contraposición al deseo y sagrada voluntad de su madre Meriam, quien siempre quiso para él, el futuro de un Médico Cirujano Plástico, que bastante falta le haría en este momento, en el que la edad le comenzó a pasar una factura para nada barata.

Pedro amaría y cuidaría a su hermana; haría todo lo posible para alejar a todos los pretendientes bobos y faltos de cordura, enamorados de la divina hermosura de su hermana. El, al igual que su hermana, habría de amar mucho a sus padres, en especial a Meriam, su madre, pues sabría que ella nunca la tuvo fácil y que sufrió mucho en la vida para que él fuese lo que ahora era.

En resumen, serían una linda familia y si en algún momento habría algo que le faltase a Macarena, eso en definitiva no sería amor. Pero las cosas no siempre son como se suponen deberían de ser, Macarena, nunca vio la luz de este mundo, sería por siempre tan sólo la promesa de una vida que no pudo ser, que se quedo pegada en la cabeza del que pudo ser su padre, como la idea de una protagonista, de un libro para niños que nunca llegaría a escribir, pues prefirió dedicarse a los dramas y a las novelas crudas. Y en la, de la que pudo ser su madre como un nombre de mujer que alguna vez le hubiese gustado ponerle a una hija que nunca tuvo, pues se dedico por completo al cuidado del pequeño Pedro, quien al final si se dedicó a ser un exitoso cheff.

La vida continuó, Erick, el escritor, siguió escribiendo, se casó con otra mujer; ella era el verdadero amor de su vida, le dedicó uno que otro libro y juntos tuvieron una pequeña a la que llamaron Triana; a la que amo tanto como le hubiese sido posible amar a Macarena, la niña que nunca llegó a tener con Meriam, porque al parecer, en algún momento de la historia; ellos, se separaron.

Diego A.

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